domingo, 25 de abril de 2010

Amor a ras de piso

Caminar se me hace difícil con las piernas cortas, ver a las mujeres desde abajo se ha hecho una deliciosa costumbre ya en mis años de vida; soporta las burlas sobre esta condición es agobiante.

Al poseer las piernas y brazos cortos se sufre por no alcanzar las cosas o se hacen complejas las cosas más cotidianas como escribir, pero que se puede hacer, así nací y así viviré hasta el día de mi muerte.

Hace poco conocí a una mujer igual que yo en cuanto a nuestra estatura y condición; de ojos y cabello castaños, el cabello es largo y rizado ligeramente, su piel blanca contrastaba con sus ojos y cabello, sus labios se ven apetecibles y suaves además de sexys, de nariz fina y delicada; yo tengo experiencia al observar mujeres bellas desde abajo y ahora que la puedo ver a mi nivel me siento dichoso, el nombre de ella es Diana.

Pasó el tiempo y nos fuimos enamorando, ella es de carácter dulce pero fuerte, el proceso llevo tiempo pero lo logramos y nos volvimos novios, ella me hacia sentir dichoso como nunca pensé sentirme. 

Diana y yo nos casamos a los meses, fue una boda fabulosa, tuvimos hijos que son normales en estatura y a eso le agradecimos a Dios. Pasados los años las condiciones de nuestros cuerpos fueron decayendo hasta que tanto ella como yo sucumbimos ante los males que esta concisión arrástra.

Nacer con ocho centímetros de altura y tan solo cinco gramos es un gran riesgo y luego creer y que a los veintiocho años medir solo setenta centímetros no es nada fácil para una sociedad donde el hombre más bajo es un metro con sesenta centímetros, pero así fui creado y así desaparecí de la tierra.

FIN

Los dioses y su furia

Observando el mar Mediterráneo desde Creta, me puse a pensar en la batalla contra los dioses donde, perdimos por causa de Hércules que ayudo a los Olímpicos a vencernos con su tremenda fuerza, y ahora nosotros somos los monstruos que destrozamos la Tierra que esta tomada por los humanos y aunque no formamos parte de muchas leyendas aun somos conocidos por nuestra batalla contra estos dioses que antes destronaron a nuestro hermano, Cronos.

Nosotros hemos sido parte de grandes cantos sobre guerreros, nuestro nombre significa “nacidos de la tierra” y es verdad pues nuestra madre Gea, mi nombre es Titán.

El medir cinco metros me ha causado infinidad de problemas con los “héroes” de Grecia igual que con los Olímpicos, ellos me atacan por ser un monstruo.

Observando el mar empiezo a meditar sobre lo que estoy apunto de padecer, en pocos minutos será mi muerte a manos de algún Olímpico o incluso que me pase como a mis demás hermanos, no morir sino el sufrimiento eterno como a Prometeo que esta sufriendo sujetar el cielo mientras el hijo de Tifón y Equidna le devora el hígado todo el día y en noche le vuelve a crecer para volver a ser comido al día siguiente.

Estoy seguro que esto fue lo que sintió el troyano que según oí en cantos griegos fue acecinado por Aquiles, el temor a la muerte es algo que uno lleva en los instintos mas primitivos.

Yo ruego a los dioses, y es irónico decirlo pues a ellos les deberé mi desgracia, que si me pasa algo q sea rápido y me manden al Tártaro con mis demás hermanos.

Ya llevaba mas de cuatro meses molestando a varios dioses con mi conducta y ahora puedo ver a Zeus hacia mi, montado en su carruaje tirado por caballos alados, como Pegaso, lleva a su diestra el inseparable rayo y del otro lleva las riendas de sus poderosos corceles.

-Titán como has osado meterte con los dioses ahora serás castigado.

-Solo se rápido- dije casi en un murmullo
El solo asintió y una vez estuvo frente a mi me vio con pena y antes de matarme me dijo- Titán ¿Por qué has decidió esto?

-Porque estoy harto de vivir como un sujeto de alta estatura y que los humanos insignificantes me ataquen, además ya deje descendencia con las sirenas y las musas y con algunas humanas- el poderoso Zeus asintió y tomo su trueno y lo clavo en mi cuerpo causando un dolor profundo y ardiente, como si mil soles estén golpeando mi cuerpo y tan rápido como llego, la sensación se fue y caí en un mar profundo y eterno que era el descanso eterno.

Mi alma abandono mi cuerpo y caí donde Caronte que esperaba su pago de dos monedas de oro para atravesar el Egeo.

Me di cuenta que Zeus las había puesto sobre mis ojos y le pague al barquero para atravesar el mar que me llevaría a donde se llevaría a cabo el juicio de Radamantys y los demás.

FIN

lunes, 19 de abril de 2010

¿Aún suelto?

Estaba en un lugar grande lleno de muchos olores diferentes, olor salino combinado con el olor a alcohol de la fiesta del día anterior, pues en aquel sitio se había celebrado que ya no había más muertes por causa del máximo asesino serial de la historia Jack El Destripador, luego de cinco prostitutas muertas no hubo más problemas con aquel asesino.

Ahora cuando el sol se elevaba sobre el horizonte seria el momento en que mi barco partiría al nuevo continente, se puede sentir el aire frió de la ciudad correr por las calles y se observan muchas mujeres, intentando huir de aquella sucia ciudad londinense, que se les movían sus cabelleras largas hacia delante mostrando la dirección del viento.

Cerca de la entrada se podían ver a los oficiales de aduana revisando las maletas en busca de algo ilegal, y más adelante se veía una gran cantidad de gente caminando de un lado al otro comprando las últimas cosas pendientes antes del largo viaje por el océano.

Mi objetivo es empezar una nueva vida, en la ciudad más concurrida del nuevo continente, Nueva York, en el puerto se podían oír el sonido de los vendedores negociando con sus clientes y a las afueras habia hombres llenos de grasa y polvo tirados en el piso aun pasando la resaca del día anterior.

Al llegar el barco se podía apreciar un humo entre gris y blanquecino. Con un silbato el encargado nos indico para hacer la cola y asi abordar. Cuando por fin llegó esperamos un poco más hasta que terminaron de montar las maletas y entramos, en un principio se siente como la cabeza te da vueltas por el vaivén que producen las olas al contacto con el barco y eso me produjo una sensación extraña en el estomago.

Tuvimos que pasar por varias zonas del barco antes de ir a cubierta, y una de estas se sentía como el mismo infierno, podías ver hombres solo con pantalones y sus frentes eran cubiertas por un roció perlado, que solo se podía distinguir a la luz del fuego de las calderas.

Tuve que dar un nombre falso pues me buscan por escaparme de un centro psiquiátrico de Scottlard Yard, y soy sospechoso de ser Jack, pero lo que ellos no saben es que mi legado seguirá vivo ahora en el nuevo continente, y estoy seguro que no me podrán hallar jamás y continuaré dejando huella en el mundo.

FIN