domingo, 14 de marzo de 2010

La buena muerte

Hace unos años estaba teniendo problemas con un tipo llamado Rebuff, un hombre malo de aspecto casi diabólico, malo hasta los huesos, que marca la vida de muchos jóvenes en el bachillerato incluyendo la mía. Marco mi vida desde muy joven, violó mis emociones, me causó dolor en todos mis años de escuela; pero un día me canse y consulte con un abogado- Jesús Cruz- y un juez- Al Yavee- y ellos me dieron que me calmara y que buscara pruebas, que me preparara para un posible encuentro con el, así que busque a un entrenador y él me preparo tanto mental como físicamente para el combate, hice un plan para enfrentarlo en un lugar donde yo tuviese la ventaja.

Luego de meses de prepararme el momento llego, tome mis cosas y me fui a enfrentar con aquel tipo que me hizo tanto daño; me puse en mis manos unas vendas para no lastimarlas y me escondí para esperarlo. Pasaron las horas hasta que el llego donde lo había citado previamente, para hablar, y comenzó la lucha, el me soltaba palabras de maldición, me atacaba con mi pasado, me lanzaba puñetazos que apenas lograba esquivar y me dejo un dolor en mi rostro pues el tenia mucha fuerza; pero más fuerte fui yo y en un fuerte golpe lo tumbé y cayó frente a las escaleras del lugar donde estábamos (el lugar donde más me había atacado, la escuela); su cuerpo rodo por las escaleras y al final chocó contra la pared y el ella había una espada, según nos habían dicho esa espada perteneció al fundador del colegio que antes de crearlo era soldado; la espada estaba medio suelta y cayó sobre Rebuff con la punta hacia abajo, apuñalando su corazón y matándolo en el acto.

Luego de esa pelea quedé exhausta pero lo logre vencer y gracias al apoyo de la justicia y de mi entrenador logre derrotar al tipo que causo tanto daño en mi vida, y como fue en la escuela quedo en evidencia que él fue el que me ataco pero al ser en defensa personal no tuve que pagarle a la justicia, todos me preguntaban si estaba bien, pues comparando mi tamaño en el de él era más que obvio que estuvieran preocupados por mi; varias chicas y chicos que de una u otra forma sufrieron por el me aplaudieron por darle su merecido y todos sirvieron de testigos para que quedara en evidencia que había sido en defensa personal y que él era un acosador. Así fue el crimen perfecto.

FIN

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